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jueves, julio 24, 2008

A los 22, creó una escuela en el oeste chaqueño

Clarín, jueves 24 de julio de 2008.
Francisco Lázaro Frati fue un pionero de la educación en el Chaco. En 1932, Frati "tenía 22 años y una apolínea presencia, cuando decidió valientemente aceptar una designación del Ministerio de Educación que consistía en fundar y edificar una escuela en los parajes del por aquel entonces inhóspito y bravío oeste chaqueño", cuenta Axel Alvarez Frati, nieto del maestro pionero, en el relato que mandó al sitio web del Atlas Total Clarín (www.atlastotal.clarin.com).

Como muchos otros hombres y mujeres que contribuyeron a forjar la Argentina, Frati era hijo de inmigrantes italianos. Sus padres eran Luis Frati, quien participó en la construcción de varios puentes de madera de quebracho en territorio chaqueño, y de Ercilia Tofanelli, "hija de los primeros inmigrantes italianos que, a fines del siglo XIX, llegaron a poblar la zona de Resistencia", agrega Axel.

Según los recuerdos del lector, el docente se caracterizaba por un temperamento tenaz "que jamás reconoció en toda su vida razón alguna de queja en ninguna dificultad que hallara en su camino". Tal es así que Frati trabajó en la construcción del edificio donde debía funcionar la primera escuela del paraje Mesón de Fierro. El lector asegura que el joven maestro "amasó con sus propios pies el barro que habría de servir de material para las paredes de adobe".

Sin embargo, no fue un trabajo en solitario porque varios habitantes de la zona lo ayudaron. Además, Frati llegó a Mesón de Fierro a caballo debido a la escasa disponibilidad de medios de transporte durante aquella época.

Una vez terminada la construcción, el docente recorrió las chacras de la zona para sumar alumnos. Durante esa búsqueda conoció a la mujer con quien formaría su familia, Eloísa Núñez.

La contribución de Frati no se limitó a la enseñanza en la institución que creó y que ahora se denomina Escuela Nº 184 Arturo Zanacchi que, desde octubre de 2007, al cumplirse el 75° de la fundación, cuenta con una placa en su honor. También fue catequista, enfermero y alfabetizador de adultos.

Además, mientras se desempeñaba como maestro ad honorem de la escuela parroquial que funcionaba en terrenos de la Catedral de Resistencia "gestionó la donación de las especies árboreas que pueblan la plaza 25 de Mayo de la capital chaqueña", recuerda su nieto. Agrega: "Se jubiló como inspector de escuelas en 1966 y falleció en 1990. Parecerá que se nos ha ido pero, como ha dicho uno de sus ex alumnos, su figura vive aún dentro nuestro como símbolo de virtud".


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