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Argentina

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viernes, febrero 15, 2008

Buenos Aires: entre fantasmal y curiosa

¿Sabe por qué la calle Florida lleva ese nombre?; ¿Por qué la Casa de Gobierno es rosa?; ¿Sabe que hay un chalet en plena 9 de Julio? Preguntas que uno jamás se hizo pueden ser respondidas en un recorrido turístico distinto por la Ciudad de Buenos Aires. Los fantasmas, claro, no quedan afuera.


ANALIA LLORENTE Buenos Aires (El Cronista)

Visitar Buenos Aires supone sacarse una foto frente al obelisco, caminar por la calle Florida, o darse una vuelta por sus edificios históricos y sus teatros. Sin embargo, hay otro tipo de turismo que cada vez atrapa más extranjeros y también porteños.

“Mirar a Buenos Aires de otra forma”, esa es la consigna que plantea Diego Zigiotto, parado en Avenida de Mayo al 500, frente al ex edificio del diario La Prensa, punto de partida de un recorrido lleno de sorpresas, curiosas algunas y muy extrañas otras.

“Hay que mirar más hacia arriba, uno se puede encontrar con cada cosas”, asegura y pide “afilar el ojo” para que no pase lo de costumbre. Es que son miles las personas que circulan por día por las calles de la Ciudad, sin que muchas curiosidades de su arquitectura e historia pasen advertidas. Ojos ciegos que le dicen, robotizados por la rutina.

Una estatua de bronce de unos 4.100 kilos es el primer desafío hacia el cual apuntar la mirada. Se muestra imponente en el techo del ex diario, ahora sede de la casa de la Cultura de la Ciudad de Buenos Aires. Ella, testigo de muchos acontecimientos históricos y políticos, representa la lucha por la verdad.

Unos metros más allá, sobre la Avenida Diagonal Norte 547, sorprenden las figuras de dos dioses griegos de más de dos metros y cuatro mujeres representando alegorías que custodian celosos el lugar, donde durante mucho tiempo funcionó la Embajada de Grecia en la Argentina. Y así, podríamos seguir enumerando bellezas arquitectónicas que nos miran desde arriba, sin que reparemos en ellas. Apenas un botón de muestra de la Ciudad que no miramos.

"Rosa, rosa tan maravillosa"

El próximo stop del recorrido es la sede de la presidencia. ¿Alguna vez se preguntó por qué la Casa de Gobierno es rosada? Muchos dicen que es porque se quiso unificar los colores representativos de los Unitarios (blanco) y Federales (rojo) para simbolizar la unión del país luego de sangrientas guerras civiles allá por siglo XIX. Sin embargo, el guía aclara que se usaron estos colores porque era lo habitual en la época, cuando se mezclaba cal con grasa vacuna, que servía de impermeabilizante y esta traía restos de sangre que al juntarse provocaban ese color.

Y si de emblemas hablamos, la calle Florida es un sello bien porteño. Fue la primera calle peatonal desde 1911. Debe su nombre a la Batalla de Florida en 1814, en el Alto Perú, por la independencia de España.

Ahora bien, hasta aquí hemos descrito costumbres, hechos históricos y hasta técnicas de construcción. Pero vale mencionar algo muy curioso que realmente se muestra frente a nuestras narices y muy pocos se detienen a preguntar: ¿qué hace un chalet en plena 9 de Julio a cientos de metros de altura? Está frente al Obelisco, en la terraza de un edificio, en Sarmiento 1113. Pertenecía a Rafael Díaz, dueño de "Muebles Díaz". El hombre vivía en Banfield y construyó esta pintoresca vivienda en los años "20 para poder dormir la siesta cuando cerraba la mueblería cada mediodía.

La ciudad que nunca duerme

Al caer la noche, el paisaje porteño se transforma. Muchos turistas se ven atraídos por Buenos Aires, con sus teatros de la calle Corrientes, bares de San Telmo y Palermo, cines y cafés. Pero un agregado que no tiene ni cuerpo ni forma convierte a la ciudad en un laberinto de misterios y escalofríos: los fantasmas.

Como toda ciudad del mundo, Buenos Aires no está exenta de crímenes atroces que tiñeron de sangre su historia y de fantasmas que hacen aun mucho más vivos y lúgubres los relatos de los mismos.

Otro recorrido por Buenos Aires, en un bus musicalizado por el tema que ambientó la famosa escena de la ducha en la película ‘Psicosis’ de Alfred Hitchcock, nos muestra esa otra cara de la ciudad que nos atrae, cual niños curiosos, hacia un mundo poblado de fantasmas. Difícil de creer, pero temerosos de desafiar.

El relato, a cargo de Alejandra Prets, nos remonta a historias como las de "El Petiso Orejudo", el primer asesino serial de Buenos Aires. Cayetano Rodino era un adolescente con un aspecto muy particular que fue autor de crímenes violentos contra niños, introduciéndoles clavos en la cabeza o quemándoles vivos.

La historia del fantasma de Felicitas Guerrero es otro de los atractivos porteños. Asesinada por un pretendiente despechado en 1872, y luego de una vida de tristezas pero rodeada de riquezas. Dicen que su fantasma se pasea por la iglesia de Santa Felicitas, en honor a su nombre, en el barrio de Barracas. La leyenda cuenta que si uno acude al templo solicitando ayuda y anuda un pañuelo en la reja, como ofrenda para aliviar las lágrimas de Felicitas, recuperará para siempre el amor perdido.

Este paseo misterioso culmina con el último camino que recorrió Rufina Cambaceres, una joven de la alta sociedad de principios del 1900 que al sufrir un ataque de catalepsia, fue enterrada viva en el Cementerio de Recoleta. A los días, la familia descubrió el horror que había vivido Rufina. Para homenajearla construyeron una estatua en estilo art nouveau en el cementerio que representa a la joven con la intención de abrir una puerta, la que separa la vida de la muerte.

Y así, Buenos Aires nos deleita no sólo con sus atractivos que hace que sea una de las más elegidas en el mundo por los turistas, sino con esas curiosidades que nos roban una sonrisa y porque no un escalofrío en algún caso.


Datos Útiles

Visitas: ‘100 Curiosidades de Buenos Aires’ y ‘Buenos Aires Misteriosa’. Desde $ 25. Ayres Viajes. 4383-9188. www.ayresviajes.com.ar

Libro Las mil y una curiosidades de Buenos Aires, de Diego Zigiotto. Editorial De los cuatro vientos