Centro Cultural Querencia
Ciudad de Buenos Aires
Argentina

...por una sociedad como si las personas importaran...
 

martes, noviembre 14, 2006

Por Traslasierra

De nuestro corresponsal cuyano, un relato sobre su viaje por Traslasierra (Córdoba):

Aprovechando el feriado del lunes 16, hicimos con mi familia un recorrido por la zona de Traslasierra, en la provincia de Córdoba, justamente para conocer -entre otras cosas- la casa de mis bisabuelos y algún que otro pariente.

Como resultado de las andanzas de esos días surgieron algunas reflexiones y comentarios…

En primer lugar, he de decir que era la primera vez que andaba por el lugar y no obstante eso, me sentí como en mi casa; es más, me fue muy grato encontrar un modo de vida muy semejante al de mi propio lugar y característico -diría yo- de los “pueblos chicos”. Sin embrago, otros detalles del lugar me resultaron novedosos y también me sorprendieron.

La evidente tranquilidad con que se vive la vida, el no sujetarse a horarios estrictísimos, que todos en el lugar se conozcan, al menos por referencia, no me parecieron tan ajenos. Tampoco encontrar desiertas las calles a determinadas horas del día o las casas de puertas abiertas y ventanas sin rejas, que también dejaba vislumbrar un aspecto esencial de la vida al otro lado de la Sierra Grande.

Pero la gente... eso sí fue nuevo y distinto. Me causaron feliz impresión algunas actitudes simples, pero elocuentes: cuando llegábamos a una casa, por ejemplo, aun sin conocernos, éramos recibidos con alegría y prontamente todos hacían lo posible para atendernos como a importantes visitas. ¡Ah! ¡la gente del campo! Algunas veces tuvimos que insistir fuertemente para, por ejemplo, que no prepararan una comida, pues estábamos sólo de paso.

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Y las huellas de la fe, pueden adivinarse aquí muy pronto y muy profundas, sencilla y naturalmente profundas: en las conversaciones, las costumbres y la vida de todos los días, que dejan claro que esta misma fe está integrada y forma parte de la vida de cada uno.

Mención especial merecerían la belleza de las iglesias y capillas de la zona, que me sobrecogieron fácilmente, pues no estoy acostumbrado a ellas, como por ejemplo esta: (interior de la parroquia Ntra. Sra. De los Dolores –Villa Dolores). O esta otra (Ntra. Sra. Del Tránsito –Villa Cura Brochero).

Y es que -después caí en la cuenta- Traslasierra fue el escenario de las correrías apostólicas del Cura Brochero y todavía eso se nota. He aquí su placa en la parroquia de la Villa (junto a la iglesia se encuentra el Museo Brocheriano, cuya visita recomiendo grandemente).

Ojalá que el cura gaucho pronto sea santo...

Es muy edificante recorrer la casa de Ejercicios que él construyó, situarse en la época, el modo de vida, imaginar a aquellos gauchos de Pocho o Achala que recorrerían kilómetros a caballo o mula para ir a hacer una tanda de ejercicios...

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De todo lo que vi, quizás el paisaje -el bellísimo paisaje- serrano fue lo que menos llamó mi atención. No obstante, alguna referencia hice a lo hermoso que sería vivir en una localidad así.

“Sí, pero todos estos son pueblos de viejos...” me respondía mi hermano. No pude responder porque es cierto, los jóvenes “emigran” a Córdoba para estudiar o trabajar y a veces ya no vuelven al lugar. Pero también es un buen lugar para tener hijos -pensé para mí- y educarlos en un ambiente más tranquilo que el de las ciudades grandes y estresantes.

Ojalá esos jóvenes que se van, regresaran para formar sus familias en este lugar y así no privar a su descendencia de todo lo bueno que ellos mismos recibieron en Traslasierra, aun sin darse cuenta.

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