Centro Cultural Querencia
Ciudad de Buenos Aires
Argentina
...por una sociedad como si las personas importaran...
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jueves, enero 25, 2007
Rincón gaucho
Justo Piquemal Azemarou, un gaucho francés
Llegó a la Argentina en 1962 y, fascinado por las letras y las tradiciones de nuestra tierra, decidió quedarse.
Rincón gaucho
Los muchachos de antes no eludían la daga y el coraje
El duelo criollo era en la campaña un rito cotidiano donde se corría el albur de morirse o "desgraciarse".
lunes, enero 08, 2007
Rincón gaucho
Carlos Moncaut y su viaje hacia el pasado en Ranchos
El historiador describe en su último libro cómo era la localidad en la epoca de los fortines y las tolderías
Carlos Moncaut y su viaje hacia el pasado en Ranchos
El historiador describe en su último libro cómo era la localidad en la epoca de los fortines y las tolderías
martes, enero 02, 2007
Nuevo libro: "Volver a la tierra"
El pasado 13 de diciembre, se hizo la presentación en la ciudad de Buenos Aires del libro “Volver a la tierra - La Patagonia como horizonte”, de Alex H. Vallega.
El mismo trata de la oportunidad de los argentinos de conseguir un destino con grandeza a través del trabajo de la tierra. El autor de este ensayo “Volver a la Tierra – La Patagonia como horizonte” plantea el gran desafío que aún tenemos los argentinos, la oportunidad de construir un destino con grandeza y la posibilidad de ligarlo con el trabajo de la tierra. Más de una vez nos recuerda que esto no debe interpretarse como una única alternativa o una propuesta sobre nuevas técnicas de producción o variables genéticas sino más vale hay que tratar de fortalecer los elementos tradicionales y culturales que tiene el campo cuando se vive de él y en él.
Alex H. Vallega, además de tener influencia y recuerdos de la vida de campaña en la Toscana y en la Umbria, fue fuertemente influido aquí en Argentina por su padre, José Vallega, por Fel García Mata y por José Ramón García Llorente, tres hombres de campo, hoy ausentes, que tuvieron miradas bien distintas pero muy oriundas.
El desvelo del autor a lo largo del libro y de sus viajes por el país y por la Patagonia fue y sigue siendo el mismo: encontrar soluciones para remediar esta terrible paradoja que tiene el país, mientras miles de hogares sufren la falta de comida, por el otro lado sentimos el cachetazo frente a la existencia de hectáreas de tierras sin producir que estarían aptas para alimentar a unas 100 millones de personas.
El autor revive una vieja discusión, la controversia entre el hombre de ciudad y el hombre de campo, el de la tierra y su relación con la familia. El paradigma entre colonia abierta y colonia cerrada, pero fundamentalmente el de la Patagonia como el horizonte que aún resta colonizar.
Mucho podría solucionarse sólo con un poco más de inteligencia y solidaridad, tal vez fomentando colonias rurales y de este modo generando más trabajo e independencia. Hace falta pensar en una redistribución de la tierra, asegurada por una política de Estado sin partidismo o revanchismo y apoyándose en instituciones intermedias que garanticen una continuidad. Hace falta pensar en una política de arraigo, en una vuelta al campo poblada por nuevas familias argentinas y por aquellos hombres de buena voluntad que quieran poblar este inmenso territorio.
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