Centro Cultural Querencia
Ciudad de Buenos Aires
Argentina

...por una sociedad como si las personas importaran...
 

lunes, febrero 27, 2006

Suplemento Campo LA NACION (25-Feb-06)

Tendencia: un fenómeno que crece en Entre Ríos y Santa Fe
El éxodo rural
Pueblos fantasma, pequeñas comunidades que perdieron vitalidad, escuelas vacías y ancianos solitarios son parte de un escenario cada vez más difundido en el interior de estas provincias.

Emprendedores rurales: un proyecto del INTA local
Desarrollo hortícola en el norte entrerriano
El resultado de esta experiencia abriría nuevas perspectivas productivas para la zona.

Así nacimos / El origen de los pueblos
Jovita, el lugar que nació de la unión de dos ciudades
La centenaria localidad cordobesa fusionó a las vecinas comunas de Santa Magdalena y Estación Jovita.

Muestra
Los artesanos, de fiesta en Colón
Entre el 4 y el 12 del actual más de 100.000 personas acudieron a la Fiesta Nacional de las Artesanías de Entre Ríos.

Historias y personajes / De mis pagos
Un campo con pasado histórico e ilustre
Por Daniel Tirso Fiorotto Para LA NACION.
LARROQUE, Entre Ríos.- Rubén Tommasi, pequeño chacarero del departamento de Gualeguaychú, descubrió en las escrituras de su campo un relato tan completo de los sucesivos propietarios que le permitió seguir paso a paso la historia lugareña. [Leer]

jueves, febrero 23, 2006

Querencia

…por una sociedad como si las personas importaran…

Vivimos en una sociedad signada por la violencia, la inseguridad, la miseria, la precariedad habitacional, el desempleo, el hacinamiento, las megalópolis, la ruptura familiar, la corrupción, el gigantismo... y la lista podría continuar. Son todos síntomas que ponen de manifiesto el poco respeto por la dignidad de la persona humana. Es decir, vivimos en una sociedad donde las personas no importan realmente.

En el Centro Cultural Querencia creemos que, de entre las muchas causas que han producido estos síntomas de despersonalización de la sociedad, son fundamentales la ruptura con las tradiciones, el desarraigo, los ataques contra la familia, la pérdida del sentido de pertenencia y el patriotismo.

“El proceso creciente de urbanización afloja casi fatalmente los lazos tradicionales e invisibles que vinculan al hombre a su tierra, a su 'terruño', a su pueblo, a su patria chica. Sin 'patria chica' no hay patria grande, sin el menor sentido del terruño propio tampoco puede haber conciencia territorial.”—Patricio H. Randle.

Ese terruño, esa patria chica, es el pago que suele llamarse cariñosamente “
querencia”. En el lenguaje campero, la querencia es el lugar donde se cría el ganado; analógicamente, se ha generalizado su uso como sinónimo de pago, es decir, el lugar donde uno se ha criado. Pero la palabra querencia, etimológicamente vinculada al verbo “querer”, hace referencia a un lugar añorado, el hogar y la familia. Si el primer sentido se vincula con un sentido de origen o punto de partida, el segundo lo hace con un sentido de destino o punto de llegada.

Pero hay una tercera noción de querencia, una noción que marca el camino entre esos dos puntos. En muchos sitios se usa querencia como sinónimo de hábito, costumbre o tradición.

La querencia es así un origen, un camino y un destino: la memoria del origen y la esperanza añorada por el camino de la tradición. Tradición que no es mera conservación sino transmisión, que no es “fiel a la letra” sino “fiel al espíritu” (como decía Gustave Thibon). Tradición que no es un fijismo sino un traspaso a nuestros hijos de una heredad que nos viene de nuestros abuelos, un patrimonio que nos es regalado y que no podemos malvender ni traicionar, sino acrecentar –como decía Juan Vázquez de Mella.

“No hay realmente otra ocupación en la cual las virtudes humanas se aproximen más a la augusta función de los dioses que en la fundación de ciudades o en la preservación de las existentes.” – Cicerón.

El Centro Cultural Querencia es una organización de la sociedad civil, un cuerpo intermedio, que funciona como centro de formación y relación, de investigación y difusión para la reconquista y defensa de la cultura argentina tradicional y auténtica.

En su faz difusiva y formativa, Querencia organiza talleres, cursos y círculos de formación, realiza publicaciones, participa en revistas y periódicos, difunde investigaciones realizadas, participa en ferias, jornadas, congresos y conferencias, mantiene un sitio en Internet, realiza campañas de información, y en general cualquier otra tarea relacionada con sus fines.

En su tarea investigativa, Querencia recopila datos, estadísticas, encuestas, censos, trabajos publicados e inéditos; al mismo tiempo que contacta representantes de pequeñas comunidades, centros mutualistas y cooperativos, institutos históricos y centros tradicionalistas, con actividades y fines similares o complementarios.

Entre otros fines, Querencia realiza por cuenta propia, o apoya de alguna forma, actividades de formación y difusión de la historia, la cultura y la tradición de la Argentina, la Hispanidad y la Cristiandad, del Derecho Natural y Cristiano, de la re-vinculación a la tierra (horticultura, jardinería), de los micro-emprendimientos familiares o comunales (actividades pro-vida y pro-familia, micro-créditos, protección contra las diversas formas de usura, producción casera, protección contra el poder propagandístico y publicitario, oficios y trabajo artesanal), de las festividades comunitarias profanas y religiosas (tradiciones, costumbres, folclore, ancianidad, orientación de la juventud).

En cuanto a su dimensión de centro o nodo de relación, Querencia crea, difunde y apoya puntos de reunión, actividades comunitarias, formas de apoyo mutuo y autoayuda, generación y conservación de bases de datos.

Los voluntarios que quieran trabajar con Querencia se unirán a un proyecto concreto, pudiendo convertirse en líderes del mismo. Periódicamente se realizarán reuniones no obligatorias de voluntarios. Al mismo tiempo que inicien su actividad junto a Querencia, los voluntarios pasarán un cursillo de formación que podrá realizarse en forma presencial o a distancia. Los voluntarios que vayan liderando proyectos se irán involucrando en la medida de sus gustos con las decisiones generales del Centro Cultural.
Toda persona es invitada a participar con ideas y propuestas con la única salvedad de no des-caracterizar la esencia de Querencia.

“…Frente a la pregunta ¿qué podemos hacer?, la respuesta es simple, pero desconcertante: podemos cada uno de nosotros poner nuestra casa en orden. La guía para hacer esto no la vamos a encontrar en la ciencia ni en la tecnología, cuyo valor depende del fin al que sirven, pero todavía podemos hallarla en la sabiduría tradicional de la humanidad.” -- E.F. Schumacher


Q
uerencia
…por una sociedad como si las personas importaran…

lunes, febrero 13, 2006

Suplemento Campo - LA NACION 11-Feb-06


Rincón gaucho
La pampa necesitará siempre un baquiano
Hoy, ante el aumento de la inseguridad rural, muchos invocan la presencia de este paradigmático personaje
Innovación: en Salsipuedes, a 35 kilómetros de la capital cordobesa
Un estilo de vida diferente
Un ecobarrio ofrece la posibilidad de conjugar la vida rural de antaño con la bioarquitectura moderna
Programa educativo
Una fundación cordobesa con espíritu forestal
Acude promueve entre alumnos y maestros la conservación de árboles autóctonos
Solares tradicionales: estancia de Caroya, en Córdoba
El legado arquitectónico y cultural de los jesuitas
Fundada en 1616, este sitio fue el primer establecimiento rural que instaló la Compañía de Jesús en la región y el primer eslabón de su sistema productivo
Historias y personajes / De mis pagos
Gran Hotel Viena, el gigante rodeado de lujo y de misterio
Lo construyeron entre 1940 y 1945, como un hotel de cinco estrellas, por encargo de una familia alemana
Tradiciones camperas: en Federal
Treinta y un años con el chamamé
El Festival Nacional de este género rescata un ancestral medio de expresión usado por los pobladores locales

viernes, febrero 10, 2006

Salta: Naturaleza en peligro (mensaje franciscano)

SOLIDARIDAD FRANCISCANA CON LA GENTE Y LA NATURALEZA AMENAZADAS EN EL NOROESTE SALTEÑO Y RECLAMO DE INVESTIGACIÓN

Con ocasión de que, entre el 1 y el 4 de febrero del corriente año, hemos tenido en Córdoba un encuentro con nuestro ministro general fr. José Rodríguez Carballo, los hermanos franciscanos menores que trabajamos a lo largo y ancho de la Argentina en parroquias, escuelas y otras presencias, queremos expresar públicamente nuestra más seria preocupación por la amenaza y el progresivo deterioro que sufre –a manos de grupos humanos con mucho poder– una de las bendiciones con las que Dios más ha enriquecido a nuestro pueblo, a saber, nuestra naturaleza.
Entre las normas de vida que los franciscanos nos comprometemos a vivir mejor, se nos señala que, “siguiendo las huellas de San Francisco, muestren los hermanos hacia la naturaleza, amenazada en todas partes, un sentimiento de respeto, de modo que la tornen fraterna y útil a todos los hombres para gloria del Creador” (cfr. nuestras Constituciones Generales, art. 71). Sin duda que la naturaleza está siendo amenazada en todas partes, especialmente en los elementos que aseguran la vida: el aire, la tierra, el agua.
A fines de diciembre del 2005, algunos de nuestros hermanos franciscanos que viven en la zona del Departamento San Martín en la Provincia de Salta, nos anoticiaron de la grave situación ambiental y social que en aquel momento se comenzaba a vivir a causa de las grandes lluvias y los desbordes de ríos, mansos en otro tiempo. En un principio, el gobierno provincial había relativizado y minimizado lo que estaba sucediendo, y recién luego de casi un mes los medios de prensa nacionales se abocaron a informar más ampliamente sobre el fenómeno, mostrando como clave el aislamiento, la incomunicación, que padecen unas 200.000 personas en aquella zona, porque la fuerza del Río Seco destruyó el único puente vial de acceso, sobre la ruta nacional 34. Recién en estos días las autoridades provinciales de Salta y las nacionales han empezado a ocuparse y prometen invertir millones de pesos en obras de infraestructura caminera e hídrica.
Pero, mientras se atiende la emergencia con demora de varios días, nadie parece ocuparse de las causas de este desastre. Y hasta sospechamos que pueden haber intereses políticos y económicos que busquen taparlas o minimizarlas.
Un pequeño grupo de ciudadanos de esa zona preguntan: “¿qué estudios, qué controles, en relación con el impacto ambiental y la sustentabilidad, se han hecho, antes de autorizar la explotación forestal, la explotación de grandes empresas agropecuarias, la explotación gasífera y petrolífera, la extracción de áridos en nuestra zona? ¿seguiremos aceptando resignadamente que lo que sufrimos es efecto de la “naturaleza despiadada”? ¿o es hora de que busquemos las pruebas que demuestren que lo que sufrimos es efecto de la naturaleza maltratada y mercantilizada? Efecto, por tanto, de empresas que no miden consecuencias cuando buscan ventajas económicas a corto plazo?”.
Gracias a nuestro buen Dios, y a la Madre de Jesús, nuestra Señora de La Peña – protectora de la buena gente de esa zona–, hace una semana que no llueve, y se está pudiendo transitar por un badén improvisado en el lecho del Río Seco.
Sin embargo, a riesgo de tranquilizarnos con la coyuntura climática o con la construcción de un nuevo puente, nos sentimos movidos por el Espíritu del Señor a hacer esta declaración solidarizándonos con muchísima gente pobre, con los pueblos originarios de la zona, con la naturaleza amenguada de los bosques, con la naturaleza desbordada de los ríos, y reclamando una investigación a fondo acerca del impacto ambiental que aquella zona y tantas otras de nuestro país y del mundo sufren hace muchos años.

Fr. José Rodríguez Carballo, Ministro General de la Orden de Hermanos Menores
Fr. Juan Ignacio Muro, Definidor General para América Latina
Fr. Luis Scozzina, Ministro Provincial de la Provincia franciscana de San Miguel
Fr. Julio Bunader, Ministro Provincial de la Provincia franciscana de La Asunción
Fr. Ramiro De La Serna, Ministro Provincial de la Provincia franciscana de San Francisco Solano